Retos a la seguridad en las comunidades de vecinos
El sector residencial es uno de los ámbitos en los que la seguridad se pone más a prueba por una serie de condicionantes que son inherentes a las comunidades de vecinos, particularidades que complican la aplicación de la seguridad en un sentido estricto del término. Hoy vamos a exponer cuáles son los retos a la seguridad de las comunidades de vecinos y que soluciones existen para mejorar su seguridad.
Haciendo una recopilación de los riesgos más habituales que podemos encontrar en una comunidad, encontramos las entradas no controladas de desconocidos en portales, la superación de las vallas o perímetros, el sabotaje de elementos comunitarios tanto por una acción externa como interna, el hurto de elementos comunes o pertenencias, el robo con fuerza en domicilio, la ocupación ilegal, el robo en trasteros o garajes o la sustracción de vehículos.
Los profesionales de la seguridad debemos proponer soluciones adecuadas a estas necesidades crecientes, aplicando criterios tan dispares como la economía, la calidad, la fiabilidad o la comodidad.
La tecnología en seguridad avanza a ritmo vertiginoso y su aplicación en entorno tan dinámico como el residencial hace que se busquen y apliquen soluciones provenientes de otros ámbitos, aunque sin lograr adaptarse en nuestra opinión con vigor y rapidez suficiente.
Es necesaria la pericia y el conocimiento continuamente actualizado de asesores expertos en seguridad que ayuden a dar sentido a las medidas propuestas, cumplan con las necesidades de los vecinos y siempre a un coste proporcional, entendido por los propietarios con respecto al valor propuesto.
Una labor seria y profesional de asesoría de seguridad es otro elemento imprescindible, que aporte un alto valor diferencial a cada proyecto residencial por parte de un equipo que conoce todos los condicionantes habituales y maneje con soltura las últimas soluciones que proponen los fabricantes, con nuevas gamas de producto con funcionalidades ampliadas o, que un ámbito tan riguroso como el legal, aplicar la última normativa de seguridad modo acertado.
Por ello todo, contar con profesionales con amplios conocimientos y especialidad es, por lo tanto, una piedra angular en nuestra propuesta de seguridad. Como empresa con una división especialista en seguridad homologada (DGP 2.734), sentimos una gran responsabilidad en nuestros proyectos residenciales por ser nuestro verdadero entorno de especialización.
Los garajes, reto en la seguridad en las comunidades de vecinos
El acceso de vehículos suele ser la punto más vulnerable de una urbanización, tanto para el tráfico peatonal no identificado como por el poco cuidado que se presta al control del tráfico o al control de las copias de llaves o mandos. En la práctica suele ser la principal vía que propicia la sustracción de vehículos, el robo en su interior, o la vía para llegar a los trasteros, con frecuencia conectados por cercanía, y que cuentan con todo el interés para el delincuente involucrado en estas acciones.
Además de cubrir de manera conveniente los accesos con un sistema de videovigilancia, el empleo de equipos específicos para captar matrículas y su integración con nuevos software amplían enormemente las posibilidades de seguridad en este ámbito: la verificación y registro en la entrada y salida de vehículo que generan avisos al usuario, o listas blancas o negras para mejorar el control en tiempo real del tráfico son solo algunas de las aplicaciones.
Estas soluciones suelen requerir de equipos y cámaras especiales por la calidad y definición necesaria para la correcta captación y la inteligencia que requiere la solución de software.
Otra recurso que cada vez está más desarrollado y que ya puede ser aplicado al ámbito residencial es el videoanálisis, software de reconocimiento inteligente y con toma autónoma de acciones en función de unas reglas programadas y que disparan avisos o alarmas sin intervención humana.
Son un perfecto complemento para grandes urbanizaciones, tanto para aquellas en altura como en vecindarios y urbanizaciones privadas, que cuenten con personal de seguridad que pueda ser reforzado y ayudado autónomamente con este tipo de sistemas, mejorando la prevención del delito y la detección de comportamientos que pueda ser fijados como disparadores de alarmas, avisando a una central receptora y, simultáneamente y si dispone de ello, al servicio de acuda de la urbanización.
Un coche desconocido estacionado o deambulando por las calles, o la sustracción de un elemento común, el salto de un muro por una persona, la superación de un espacio invisible delimitado son solo algunos de los comportamientos que ya en otros tipo de instalaciones, como huertos solares o perímetros de naves empresariales, ya están adaptadas y que utilizamos con éxito en seguridad residencial.
Puertas de acceso a la comunidad y control de acceso
Otro elemento a tener en cuenta es la aplicación de nuevas lógica de control de accesos en la apertura del garaje, con el smartphone como un elemento principal, un dispositivo que nos acompaña siempre, allí donde vayamos, en contraste con los mandos a distancia habituales, que son dejados en el vehículo y que sirven, involuntariamente, como la salvaguarda de cualquier control.
Por ello, la división de I+D de Lasser ha desarrollado una solución móvil en combinación con un hardware específico apto para ser adaptado en puertas de garaje o cualquier otra puerta con alimentación eléctrica y que favorece un control de accesos en tiempo real, con gestión directa de usuarios o a través de la gestión.
Esta solución se llama Controla App y supone una interesante opción para diferentes perfiles de comunidad: aquellas con vecinos en alquiler que quieran tener una mayor seguridad en el control de llaves ya accesos, para evitar la copia indiscriminada de llaves es ideal, pero puede suponer un elemento extra de comodidad o seguridad, fijando permisos temporales a ciertos usuarios, y siendo compatible si se requiere al sistema ya instalado de mandos.
Alarmas contra robos en domicilios y ocupaciones
Otras preocupaciones habituales para los propietarios son el robo en viviendas, especialmente en periodo vacacional, y las ocupaciones ilegales. Un buen control de accesos es el primer eslabón de una cadena de control más larga que puede disminuir o impedir el acceso a nuestra urbanización o vivienda y hacerla poco apetecible para ser objeto de estos ilícitos.
Elementos como un videoportero ayudan a realizar un control más estricto y real de las visitas. Si no contamos con conserjes, la identificación y el celo de los vecinos a la hora de dar acceso a terceros a al comunidad juega un papel importante.
En un segundo nivel encontramos las cámaras de videovigilancia, que suponen un elemento de disuasión que puede desanimar a aquellos ladrones oportunistas que buscan la sencillez y un bajo riesgo en sus acciones. Cada vez aúnan mejor definición, con un mayor detalle para identificar a los autores y con mejor rendimiento con baja iluminación.
Una seguridad pasiva adecuada es un complemento adecuado a nuestras soluciones electrónicas. Nuestra puerta debería ser blindada o acorzada y los componentes que la componen estar fabricados según normativa. Si contamos con ventanas a nivel del suelo es conveniente la instalación de rejas que impidan la entrada rápida y silenciosa.
Los recurrentes consejos de seguridad que las autoridades ofrecen cada año, por desgracia, con frecuencia caen en saco roto, pero no por obvias deberíamos ignorarlas. Algunas tan lógicas como la simulación de nuestra presencia y la colaboración entre vecinos son sencillas de aplicar y son un perfecto complemento al resto de medidas pasivas o electrónicas.
Un buen sistema de alarma cableado y conectado a una central receptora de alarmas será otro interesante elemento de seguridad. Sistemas de alimentación ininterrumpida y diferentes módulos de comunicación alternativos garantizan un correcto y continuo funcionamiento y añaden un elemento extra de complejidad a su sabotaje y todo un plus para mantener el funcionamiento en cualquier circunstancia, especialmente bajo ataque.
Además, otro punto menos conocido en relación a la protección contra okupaciones es que una alarma añade un extra de seguridad jurídica, al fijar con precisión la fecha y hora de la entrada, un elemento que impedirá la interpretación judicial como morada del grupo de “okupas” de nuestra vivienda y, por ende, una resolución del problema en un plazo mucho menor, ya que las primeras 48 horas con clave para la dilación del proceso.
Como indicábamos líneas atrás, su correcta instalación por parte de auténticos expertos en seguridad residencial, siempre bajo criterios profesionales y en conformidad a la Ley de Seguridad Privada y de las nuevas normas de protección de datos de la Unión Europea son y serán un elemento imprescindible para la tranquilidad de toda comunidad o vivienda.