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Madrid refuerza su red de cámaras de vigilancia ciudadana

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Un total de 193 cámaras instaladas vigilan la capital. Servirán para ofrecer una mayor seguridad ciudadana en las zonas donde la policía municipal de Madrid ha detectado que se producen numerosos altercados.

El ayuntamiento inició el largo proceso de instalación de las cámaras hace casi un año y hace escasamente un mes finalizó el proceso con la instalación de 46 cámaras de tipo domo. Se ha apostado por este modelo de cámara principalmente por una de las principales  ventajas que la caracteriza, su diseño discreto y disimulado. Estos tipos de cámaras son muy resistentes e ideales precisamente para zonas muy transitadas donde se pueden producir actos vandálicos.

Aparte de estas características, este modelo permite a la cámara colocada dentro de la carcasa negra abovedada, moverse en todos los ángulos para acercarla a los lugares que interese en un determinado momento. Gracias a su sistema infrarrojo permite una vigilancia tanto nocturna como diurna ofreciendo una calidad de imagen en alta definición por lo que el nivel de detalle permitirá a la policía identificar las caras de aquellas personas que provoquen o estén involucrados en algún incidente poniendo en peligro no solo su integridad física si no la seguridad ciudadana.

Las cámaras utilizan una red propia de fibra óptica, por lo que las imágenes viajan en todo momento por un entorno seguro. Primero van a un nodo de comunicación situado en la sede que tiene la Policía Municipal en la calle de Montera y, desde allí, al Centro Integral de Señales de Vídeo (Cisevi), en la calle de Albarracín.

Seguridad en tiempo real

Esta dentro de los planes del ayuntamiento que próximamente se puedan visionar en tiempo real las imágenes que obtienen las cámaras de los autobuses de la empresa municipal de transporte EMT, algo en lo que se lleva haciendo énfasis por parte del sector taxista con la recogida de firmas para incrementar la seguridad. Estos sistemas de video vigilancia en autobuses y taxis permitirían al conductor activar un pisón de alarma camuflada y conectada a una centrar receptora de alarma que pueda ver lo que se está produciendo en el interior de los vehículos.

La novedad de esta instalación es que a través de un sofisticado programa, las cámaras serán capaces de detectar si algo resulta raro o extraño como por ejemplo la aglutinación de personas en algún lugar concreto de la calle, haciendo saltar automáticamente la alarma avisando a la policía.

Con un coste total del proyecto de 600.000 euros y tras realizar las pertinentes pruebas, se pedirá a la Comisión de Videovigilancia que haga la inspección final antes de que empiecen a funcionar.