¿Por qué es necesario un mantenimiento de pararrayos?
Se estima que caen unos 200 rayos al año en la Comunidad de Madrid. Aunque tenemos una incidencia media de este fenómeno en relación al resto de provincias españolas, sabemos que la normativa obliga a muchas edificaciones a protegerse mediante la instalación de un pararrayos, que debe ser debidamente mantenido.
Como fenómeno físico, el rayo es una descarga eléctrica que se produce en las zonas bajas de la atmósfera en unas condiciones eléctricas determinadas. Los rayos producidos durante las tormentas eléctricas causan, de modo directo o indirecto, frecuentes daños a personas y bienes.
Los rayos generan una intensidad de la corriente eléctrica que suele oscilar entre 10.000 y 50.000 amperios, con una diferencia de potencial variable entre 100.000 y 1.000.000 de voltios, y todo ello, producido en un tiempo entre 5 y 800 microsegundos. Por lo tanto, son una amenaza que nos debemos tomar en serio, ya que tienen un potencial notable para provocar daños.
En un instante, toda esa energía electrostática se transforma en electromagnética, produciendo la manifestación eléctrica que podemos ver a simple vista, oir y sentir. En casos de extrema intensidad, pueden llegar a producir una temperatura en la zona de impacto de 8.000 grados.
¿Debo instalarlo si mi edificio no lo tiene?
Por la normativa UNE 21186, deben tener uno instalado edificios mayores de 28 metros o bien estructuras que superen esta altura, como campanarios de iglesias, etc.
Debemos tener en cuenta que en los casos de edificaciones de mucha menos altura como ser instalaciones de almacenes, pequeños depósitos, cuartos de bombas, grupos electrógenos en zonas rurales donde lo que se destaca en la superficie son estos tipos de edificación, también es conveniente instalar un pararrayos de protección.
Si no disponemos de este equipo en nuestra comunidad, su obligatoriedad de instalación vendrá dada por la frecuencia de impactos de rayo esperada es superior el índice de riesgo del edificio en cuestión, una serie de cálculos que debe realizar un ingeniero de edificación.
¿Es necesario el mantenimiento de pararrayos?
La luvia, el frío, el calor… en definitiva, los elementos ambientales, son los principales protagonistas de sus deterioro. Además, si tenemos la certidumbre de que ha caído un rayo en nuestro pararrayos, debemos avisar a nuestra empresa mantenedora para realice una inspección. Por otro lado, también los cables de la toma de tierra se deterioran dependiendo de la acidez del terreno.
En todo caso, una vez disponemos de uno en nuestro edificio, es necesario un correcto mantenimiento para garantizar un óptimo funcionamiento según las diferentes normas que regulan estos sistemas. Estas nos indican la necesidad de mantener en óptimas condiciones, con una revisión anual o cada dos años, dependiendo de las condiciones de la instalación, la ubicación, la naturaleza del terreno y la propensión de la zona a la caída de rayos.
La norma UNE EN 21186, que regula Protección de estructuras, edificaciones y zonas abiertas mediante pararrayos con dispositivo de cebado, indica que deben recibir un mantenimiento periódico, que garantice su buen funcionamiento, ya que debido a la corrosión, inclemencias atmosféricas, aves o impactos del rayo, pueden perder su efectividad.
La norma UNE EN 62305-1, que trata de la Protección contra los rayos, habla de los daños y riesgos asociados a estos y pone las medidas de protección en relación a la evaluación del riesgo. Los daños en la instalación o edificio, electrodomésticos y, aún más importantes, daños personales deben evitarse mediante medidas de protección adecuadas, como son los pararrayos.
Si necesita la instalación o mantenimiento de pararrayos en la Comunidad de Madrid, contacte con nuestros expertos en electricidad y trabajos en altura, que le resolverán cualquier duda o si necesita presupuesto, realizarán la valoración sin compromiso.
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