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Los robos más curiosos (y frecuentes) en las Comunidades de vecinos

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Antonio Recio, personaje de la serie cómica “La que se avecina” de Telecinco ha popularizado una frase que muchas veces se hace realidad en nuestras comunidades:”te confisco el felpudo” y, a partir de ese momento, las alfombrillas volvieron a desparecer de los rellanos. Aunque hay más, éste sólo es uno de los ejemplos curiosos de robos en comunidades de vecinos.

Si las diferencias entre inquilinos están a la orden del día en prácticamente todas las Comunidades y, como consecuencia de ellas, se dan sustracciones de propiedades personales  y comunitarias, a veces por el mero hecho de importunar, otras por un aprovechamiento económico, otras por el mero incivismo. Tanto si se hurta como si se deterioro de los elementos del vecino, todos suponen un agravio en la comunidad

Objetos protagonistas de robos en las Comunidades de vecinos

Pero no sólo se producen sustracciones por conflictos entre vecinos, sino que ladrones externos llevan a cabo inclusiones en el edificio para robar objetos de más valor. Los actos vandálicos más frecuentes en una Comunidad son los siguientes:

Plantas:Las plantas, tanto naturales como artificiales, dan lustre a las zonas comunes, pero también lo pueden dar en el hogar de algún vecino. Son objetos sustraídos en ocasiones por los vecinos para la decoración propia, aunque las personas ajenas a la finca no . Otro clásico son los robos en los jardines de la comunidad, donde los rosales sufren en muchas ocasiones la peor parte.

Cables y antenas: Aunque requiere una mayor planificación, para muchos ladrones colarse en una azotea es un mero trámite que les permite robar los cables de cobre y antenas que siempre pueden ser vendidas en el mercado negro. A veces las instalaciones de telecomunicaciones no están debidamente protegidas y los amigos de lo ajeno aprovechan la ocasión.

Adornos navideños en puertas: Un clásico de navidades es que desaparezcan los adornos en lugares de paso. Algunos no pueden pueden esperarse a Reyes y deciden auto-regalarse esta decoración.

Cubos de basura: Estos elementos de servicio tienen un precio de mercado elevado en la venta en la calle, estimado entre los 60 y 200 euros. Los ayuntamientos asignan los cubos a las comunidades y solicitarlos puede suponer una carga extra de tiempo, molestias y dinero.

Cartas: Aunque una gran parte de las pérdidas postales se deben a la falta de actualización de nuestras direcciones cuando trasladamos nuestros domicilios y no informamos a nuestros proveedores. Aún así, las cuitas internas pueden favorecer la “pérdida de cartas”, en algunos casos sólo por fastidiar y en otros para recopilar datos personales de una persona y poder iniciar fraudes a través de internet.

Revistas y sobres con mercancía: Otra variante es el robo a revistas por suscripción, un clásico que poco a poco va remitiendo, no por que nos guste leer menos, sino porque el entorno digital dificulta este escenario. En esta categoría entran los paquetes de pequeño tamaño de los e-commerce , esta variante sí que va en aumento.

Espejos y decoración del portal: Estos objetos se suelen dar en comunidades de cierto empaque, generalmente con portero… pero si este falta, no faltan los que deciden pedir prestado material.

Bombillas: Otro clásico es la desaparición de bombillas de las zonas comunes, tanto tradicionales o de ahorro como de LED. Siempre sale más barato cogerla prestada que comprarla… y, mientras tanto, la escalera o el pasillo parece el de una película de terror.

Felpudos: La mayor parte de felpudos robados suele ser entre vecinos, como forma de fastidiar al prójimo. En algún caso esporádico, alguien ajeno a la comunidad se lleva un original felpudo como recuerdo, siempre que sea algo memorable. Algunos coleccionistas de Star Wars tienen la culpa…

Pomos: El latón que envuelve el pomo de las puertas puede ser vendido con facilidad en el mercado de materiales. Por eso, muchos cacos se meten en las fincas y los sustraen.

Llantas, volantes, parachoques…: Los coches son otros elementos que sufren las consecuencias de un alto precio de piezas de segunda mano. Puede ser curioso que abran un coche para robarle solo piezas, pero tienen mejor “salida” que el coche entero. Atención a los habilidosos ladrones que utilizan los extintores como gatos improvisados.

Carteles de anuncio: A veces las comunidades tienen problemas de comunicación por la acción de algunos “graciosos” que se dedican a arrancar la cartelería o los avisos del portal, ascensores y demás zonas de paso. Sin comentarios.

Las cámaras de videovigilancia, un vigilante incansable

A este tipo de actos vandálicos, ya sea entre los propios vecinos de una comunidad o por “visitantes”, se suman los desperfectos en paredes, suelos y techos, las vendettas ensuciando zonas comunes o el bloqueo con silicona de puertas, que son bastante más habituales de lo que nos pensamos.

Por este motivo, muchas Comunidades apuestan por la instalación de videocámaras de seguridad  con buen criterio, para captar si algún vecino o alguien externo roba o se comporta de manera incívica en las zonas comunes.

Si estás interesado en ampliar información sobre cómo instalar una cámaras de videovigilancia para tu Comunidad, Lasser pone a tu disposición un equipo de profesionales que te resolverán las cuestiones.

Para ello puede llamar al 902 327 111 o completar el siguiente formulario de contacto.

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